11/12/15

URIMARE HISTORIA Y PODER


URIMARE, SU HISTORIA Y SU PODER


 
Cuenta una historia que existió una hermosa y valiente reina indígena chaima llamada Urimare, hacia finales del año 1400 D.c.

La misma protegía la hoy llamada Cueva del Guácharo, ubicada en el estado Monagas en Venezuela. Guácharo en idioma chaima es traducido como “el que llora y se lamenta”.

Existía la creencia en aquel entonces que allí habitaban las almas de los muertos, por eso se escuchaban terribles lamentos a los alrededores de la cueva, nadie tenía permitido la entrada pues difícilmente saldrían con vida.

Por ello, Urimare constantemente tenía guardianes que protegían que nadie se acercara a la cueva.

Sin embargo un día ocurrió una terrible desgracia, llegaron unos hombres blancos, cargados con poderosas armas desconocidas hasta ese entonces y penetraron la cueva, esto realmente se convirtió en una catástrofe, al descubrir, que después de varias horas, los hombres salieron vivos y caminando como si nada les hubiera pasado.

De allí que la población chaima y en especial la reina Urimare derramo muchas lagrimas de impotencia y de dolor al asumir que si aquellos hombres habían derrotados a sus ancestros mucho mas rápido lo harían con su pueblo.


Los hechos que elevaron a esta bella princesa de origen Mariche, llamada Urimare, al pedestal de heroína y protagonista de un subjetivo y original relato, pertenecen a la mera leyenda.

Ella fue la única mujer Cacica que existió en Venezuela.

Al momento de la llegada de los primeros Colonos, Urimare, hija del Cacique Aramaipuro, pertenecía a la tribu de los Mariches, los cuales están ubicados en el sureste del Valle de Caracas, esta valerosa mujer se dice que era muy hermosa, de piel bronceada, ojos verdes y cabellos negros oscuros, muy bien dotada y de contextura fuerte, una vez que los Colonos declararon la guerra a los grupos indígenas del Valle de Caracas, ella se dedico a prepararse como guerrera de manera clandestina, pues a las mujeres de la tribu Mariche a la cual ella pertenecía no se les permitía ser guerreras, sin embargo, ella practico y consiguió ser diestra con el arco y las flechas.

Su padre el valiente Aramaipuro, una vez penetrado en los otoñales parajes de la madurez, desanimado, cansado de luchar inútilmente, optó por capitular, retirarse a oriente y asentarse con su pueblo en la zona costera.

Refiere la tradición que este cacique se esforzó siempre por educar celosamente a su hermosa y única hija, Urimare, y que, con el propósito de que lo sucediera en el cacicazgo, la había instruido en los secretos del gobierno y de la guerra de tal suerte que la esbelta joven, dotada de despierta inteligencia y sólidos conocimientos que habrían de permitirle administrar con eficiencia las actividades de la tribu, llego igualmente a adquirir una sólida formación bélica, esto es, dominio de las tácticas del ataque súbito y destreza en el combate con las habituales armas de su pueblo: el arco, la flecha y la macana.

Tal las cosas discurrieron los años. Y, llegado 1595, el despiadado pirata ingles Walter Raleigh, obrando como solían hacerlo los piratas, poseídos de crueldad infrahumana y sangrientos instintos, ataco salvajemente la ciudad de cumana, arrasó cuanto halló a su paso, saqueo y incendio.

La noche del saqueo, no bien hubo comenzado la acostumbrada orgía a bordo de la nave inglesa capitana, con el consuetudinario e irracional consumo de licor por parte de la dotación al completo, la bella Urimare, a quien el sanguinario Raleigh había reservado en sus aposentos para su particular disfrute, en ausencia de este consiguió abrir una ventana situada al fondo de la espaciosa cámara y, deslizándose sigilosamente a su través, se zambullo, en medio salto, en las oscuras aguas. Toda la noche debió pasarla nadando hacia una de las playas hasta que a la mañana siguiente, muy de madrugada, sin fuerzas, con alarmantes síntomas de deshidratación y a punto de morir, le recogieron unos pescadores.

A la hermosa Urimare, la muerte de su progenitor en el ataque del pirata Raleigh vino a ocasionarle un largo vía de penalidades: tras haber efectuado labores manuales en una misión y dado muerte, en defensa propia, a un mal sujeto que había tratado de violarla, se vio obligada a huir hacia el oeste seguidamente luego de varios meses de penoso caminar, defendiéndose como pudo de las alimañas y alimentándose únicamente de frutas así como de las esporádicas piezas de caza que logro capturar, famélica, en penosas condiciones físicas, consiguió alcanzar la zona este del litoral central, pidió ayuda al cacique Guaicamacuto, y se acogió a su amparo. Junto a este participo con insospechada efectividad en algunas de las acciones postrimeras de la lucha por la defensa del suelo patrio, hasta la total claudicación del pueblo aborigen.

Cuenta la tradición que, atendiendo a ciertos emisarios llegados desde su tribu, Urimare retornó junto a los suyos y codo a codo con ellos desempeño, con dignidad y competencia, el cacicazgo hasta el día de su muerte.


SU PODER


Urimare brinda progreso en todos los sentidos a la mujer, le ayuda a tener independencia financiera, mental, social y la hace escalar posiciones. Detesta a los hombres machistas por lo que debe bajo su patrocinio tenerse cuidado en ese sentido. Libera a la mujer y la ayuda a salir victoriosa en casos de violencia de cualquier tipo. Ayuda a liberar a secuestrados, raptados, presos injustamente.

Urimare posee un inmenso poder y su patrocinio no tiene límites a la hora de ayudar a superar limitaciones y obstáculos de cualquier tipo.

Permite superarse en depresiones, tristezas, limitaciones y situaciones en las que nos sentimos acorralados.

Debe pedírsele con sumo respeto y tener cuidado en no solicitarle cosas superfluas.

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